Las culturas aborígenes, a lo largo de los 4 distintos periodos –(Precerámico (10 000 a. C.), Formativo (1 500 a. C. – 500 a. C.), Desarrollo regional (500 a. C. – 500 d. C.) e Integración (500 d. C. – 1 500)– han plasmado su creatividad y experticia en la elaboración de piezas con diseños singulares e innovadores que han marcado su identidad. Las decoraciones no solo embellecían sus creaciones sino que resaltaban aspectos de su organización social y cultural.
El inicio de la historia de nuestra tierra, la protagonizan las bandas cazadores-recolectores, que han traído un bagaje cultural y tecnológico simple y orientado al uso de la piedra, obsidiana, basalto, madera, hueso y horsteno.
En el sitio de El Inga, zona de Ilaló, en las proximidades de Quito, se han hallado numerosos artefactos que evidencian los más antiguos asentamientos humanos. Más adelante, las bandas se dispersaron a otros lugares del Ecuador, entre ellos, Las Vegas, el sitio mejor estudiado que se ubica en la Península de Santa Elena.
Museo Nacional del Ecuador

(El Inga)

(Las Vegas)

Kyra Torres, antropóloga con mención en arqueología, menciona en su tesis de grado que Quito ha sido un punto estratégico para la facilidad de contacto entre culturas de la Sierra Norte y culturas de la Costa para llevar a cabo el comercio y, por lo tanto, se impulsó la convergencia cultural, pudiendo explicar los hallazgos de artefactos en sitios de la ciudad con similitudes.
Hubo interacción recíproca incluso entre las propias culturas costeras y encuentros con culturas serranas para llevar a cabo el comercio de recursos como la concha spondylus y la madre perla, así como la obsidiana, que era obtenida en la Sierra.
Desde las antiguas tradiciones de la cultura Valdivia y Machalilla hasta las singulares formas de expresión Chorrera y Guangala, así como las curiosas formas de expresión de las culturas Caranqui y Pastos (Sierra Norte), fueron parte de un intercambio cultural con asentamientos en el territorio de Quito, como Cotocollao con su arte genuino, permitiendo que se amplíe una diversa gama de expresiones en el arte durante los años que conformaron la época aborigen.