Según Margarita Pavón, restauradora con especialización superior de Historia del Arte y Museos y Patrimonio Histórico, la declaratoria de Quito como Patrimonio Mundial de la Humanidad marcó un antes y un después para la ciudad que paulatinamente, se estaba sumergiendo en los cambios urbanísticos que se basaban en las corrientes de la modernización, prometiendo cambiarlo todo, y por lo tanto, perder los rastros de las creaciones coloniales. Gracias a la declaratoria, Quito pudo mantener su personalidad hasta la actualidad.
«Eso significó un gran compromiso con una política que se tenía que llevar adelante desde las autoridades para poder conservar las más de 7 000 edificaciones patrimoniales que son parte de esta conservación. Posterior a la Declaratoria de Patrimonio de la Humanidad, el Gobierno Central, (durante la administración de León Febres-Cordero, 1984 -1988), le declara como patrimonio nacional», señala Franklin Cárdenas, Director Ejecutivo del Instituto Metropolitano de Patrimonio.
El Centro Histórico se convierte en Patrimonio Nacional en 1984 y se establece la Ley de Patrimonio Cultural donde se destaca la prioridad de la investigación, conservación, preservación, restauración y exhibición del patrimonio cultural del país como una forma de respeto hacia la historia.

Epicentro del sismo de 1987 – Provincia de Napo
La declaratoria significó el fortalecimiento de medidas políticas que se comprometían a preservar el casco colonial. Sin embargo, más adelante, el sismo ocurrido en 1987, con epicentro localizado en la provincia de Napo, afectó gravemente a las obras patrimoniales de Quito, especialmente, las iglesias tales como la de San Francisco y La Compañía de Jesús.
Esto motivó al Congreso Nacional a crear el Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural de Quito (FONSAL), que iniciaría trabajos de intervención en el Patrimonio Cultural Metropolitano
Posteriormente, en el 2008, la Constitución del Ecuador otorgó a los gobiernos municipales la responsabilidad absoluta de preservar, intervenir, mantener y difundir el patrimonio.
Esto supuso la anulación del FONSAL y fue sustituido por el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) el 28 de diciembre del 2010.
Esta responsabilidad municipal en la gestión del patrimonio marca un hito importante en el fortalecimiento de la capacidad de acción en la conservación del patrimonio de la ciudad.