La Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) es un organismo internacional creado para promover la paz y la cooperación global con el fin de alcanzar la comprensión mutua y el diálogo entre los pueblos del mundo a través de la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación.
Teresa Pascual, arquitecta con máster en Centros Históricos y Rehabilitación en Patrimonio Edificado, explica que el siglo XX fue un periodo marcado por situaciones convulsas como las dos guerras mundiales que devastaron ciudades enteras. Tras la Segunda Guerra Mundial, surgió la necesidad de recuperar no solo las infraestructuras perdidas, sino los ánimos psicológicos de las comunidades afectadas. Por esta razón, se creó la UNESCO en 1945.
«Arquitectos reconocidos de la época trabajaron en la reconstrucción de Varsovia, dando impulso a la recuperación de ciudades devastadas y formalizando principios de conservación y restauración a través de documentos como la Carta de Venecia. Pero la organización no surgió de la nada; sus cimientos se basaron en propuestas y teorías de la restauración del siglo XIX, como las de Viollet-le-Duc y John Ruskin», añade Pascual.
El organismo actúa en un papel asesor, proporcionando orientación y apoyo en la protección y conservación del patrimonio mundial. Su enfoque integral ha permitido preservar no solo edificaciones históricas, sino también tradiciones culturales y artefactos que representan la diversidad de las creaciones humanas.
A lo largo de su historia, UNESCO también ha ampliado su ámbito de protección, como lo muestra la siguiente línea de tiempo: